Haciendonos mayores...

jueves, mayo 03, 2007

Lejos de casa

El otro día dedicamos una clase al afán aventurero. Mi profesora nos hablaba de Ulises, y de que algunos autores tardíos habían continuado su historia hasta darle un final no feliz. Una vez en Ítaca, el pobre Ulises moría de asco, porque quien tiene el ansia dentro, nunca encontrará la paz, o no le gustará encontrarla o descubrirá que la paz es algo demasiado parecido al aburrimiento. Y después, aunque no me gusta nada Kavafis, la profe nos leyó cosas muy bonitas:

"Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderás ya qué significan las Ítacas."

o:

"y lejos siempre
del mar aqueo,
se sintió vivir de nuevo, sintió
que se arrancaba de los hombros los lazos odiosos
de lo que es conocido y familiar.
Y su corazón aventurero, vacío
de afectos, de un frío gozo gozaba."


Pues eso. Que igual no hay manera de solucionarlo. Que es inevitable buscar por aquí y por allá eso que te vas encargando de destruir. Y que no importa demasiado porque la sensación de desequilibrio que te encuentras cuando aflojas las cuerdas... mmmm

Ya sabéis, que se puede ser feliz de todas las maneras posibles.

2 Comments:

{color:#aa0033;}
Anonymous Anónimo said...

ana y tú intentáis acabar con todas nuestras esperanzas de felicidad??

6:39 p. m.

 
Blogger Mrs Jones said...

Yo creo que Ulises fue feliz al llegar a casa, ¿vale? Su mujer que había esperado tanto tiempo, su hijo hecho un hombretón; y su vejez, Ulises ya está cansado, en la vejez nos asentamos y disfrutamos de la tranquilidad.

No creo que tuviese ningún problema.

1:09 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home