Haciendonos mayores...

jueves, noviembre 22, 2007

Dublín (sábado)

El sábado madrugamos y vamos al Museo de los Escritores Irlandeses que no es mucho un museo. Son dos habitaciones con paneles informativos, pero bueno, hay audioguía en español y así uno aprende algo. Cuanta gente irlandesa hay, por ejemplo. Como los polacos y los suizos, los irlandeses no saben venderse. Vale, todos nos sabemos a Wilde y a Joyce, pero nos olvidamos a menudo de que Swift o Bram Stocker también son de allí. El más adorable, no obstante, me parece uno que no conozco. Un tal Goharty (probablemente no sea Goharty) que ante los recortes de la implacable censura (ya se sabe cuán mojigatos eran estos irlandeses) decidió ir a una librería y rellenar todos los ejemplares a mano.

Salimos de allí y buscamos un café, pero en Dublín eso no se lleva, allí se llevan los pubs. Compramos magdalenas en una tienda pero resulta que tienen mermeladas extrañas dentro y me pongo un poco triste. Me pongo más contenta porque nos hemos alejado del centro pero hemos llegado a una zona más bonita, y después a calles con árboles y casas tan típicamente irlandesas (y encima llovizna) que uno se siente en inmersión total. P, además, tiene mp3, así que escuchamos música y me acuerdo mucho de mi amiga R, que estaría encantada de estar conmigo escuchando tanta canción de Eurovisión y hasta una (pero no de Eurovisión) en eslovaco!

Llegamos al Parque urbano más grande de Europa (ahí queda eso) y es realmente estupendo. Además tiene un montón de ardillas y gente paseando en bicicleta. Todo deja de ser perfecto cuando empieza a diluviar. Nos refugiamos en una cosa extraña y amplia diseñada (supongo) para resguardarse de tanta inclemencia meteorológica y esperamos esperamos esperamos, pero no deja de llover. Así que corremos a por un autobús y nos mojamos. Y nos pasamos el resto de la tarde bajo un techo (y yo me siento terriblemente culpable de no estar aprovechando la ciudad) secándonos. Reflexiono un poco sobre lo fantástico que es conocer a la gente desde hace tantos años y poder hacer repasos conjuntos y lo terrible que es que cada vez haya menos posibilidad de hacer repasos conjuntos porque ya nunca estamos con nuestros amigos el suficiente tiempo, pero bah, ya lo dije el otro día, lo importante de la vida errante son los reencuentros y que como me dijo un canadiense que había vivido en los cinco continentes: "Lo que pierdo en cuanto a la calidad de mis relaciones con los demás, lo gano es calidad de relación conmigo mismo" (¿?¿?¿?) En fin.

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2 Comments:

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Blogger Cubilete said...

Cerca de ese parque fue donde R. vio a aquellos niños selváticos motandos a caballo!!! y pasó un poco de miedo.
Tendrías que haber probado el café de Buttlers&Chocolat!

7:42 p. m.

 
Blogger Mrs Jones said...

creo que amaría a ese canadiense

9:45 a. m.

 

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