Haciendonos mayores...

martes, mayo 13, 2008

Finales exultantes

Nos ponemos tristes al pensar que falta poco para irnos, qué tontos somos. No sabemos, me temo, que estamos viviendo lo mejor. Esas semanas previas llenas de prisas, de citas, de entusiasmo. Esas semanas en las que hay que hacer todo lo que no has hecho, mirar todo lo que aún no has visto, palpar todo eso que aún no has tocado, y demás. Porque somos así y la mejor conversación se ve interrumpida por los pitidos del silbato del señor revisor que te obliga a subirte y quedarte sin esa conclusión que intuías magnífica. Porque cuando uno se va, se va en la cresta de la ola y quedarse es quizás, como tratar de que te reelijan para una segunda legislatura.

Estoy nerviosa entonces, observando como todo se dispara enérgicamente hacia arriba en este momento preciso en el que yo no puedo disfrutarlo (no hay tiempo y el que hay, está demasiado repleto). Y sin embargo, hay fines de semana como este, de profunda compenetración bruselocrisiana. Y paseo despreocupadamente por el Mont des Arts, el sol brilla en lo alto y los niños juegan en la fuente. Se salpican, se empujan, y a veces resbalan, llenándose el vestido blanco de agua. Sus padres fuman despreocupados, recostados alrededor de la fuente, los piececillos a remojo. Si continuo hacia abajo hay uno de esos artistas extraños, que (ex)pone fotos de vacas urbanas en uno de los peldaños de las escaleras. A veces la gente se despista y arrastra algo con el pie sin mirarlo siquiera, pero otras veces el artistilla entabla conversación con turistas que le preguntan si es posible sacar fotos (de las fotos) y él sonríe entusiasmado, si ha decidido (ex)poner sus fotos ahí es para ver la impresión que causan.

Tengo visita y eso exige hacer de guía, amar la ciudad para hacerla amable. Y aunque la mujer de verde manzana se enfade, y crea que siempre ataco su dulce hogar, cada vez Bruselas se vuelve también más el mío, un lugar al que uno puede criticar, pero que no acepta que nadie más critique.

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4 Comments:

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Blogger Zabu said...

Qué es lo que más importa, lo que vives en el momento presente o los recuerdos que te quedarán para el futuro?

En ambos casos lo imprescindible es disfrutar al máximo a cada instante.

Para mi uno de los mejores momentos de mi primer viaje a Buenos Aires fue cuando en un hueco entre ver esto y visitar a aquel me senté durante media hora en el césped (allí pastito) de un parque a escribir postales y disfrutar del sol que el invierno europeo me había privado durante meses.

Vuelve con la cabeza llena de imágenes inolvidables. Las fotos no las pueden sustituir.

Buen viaje :)

1:07 a. m.

 
Blogger Mrs Jones said...

Jo, iba a escribirte y contarte esto, pero lo tengo que comentar aquí. Hoy en el tren escuchaba a nuestro amado Chinarro con sus grandes éxitos del besugo y el billete de 500, y la sensación de transportarme a Barcelona en junio era increíblemente real.

Barcelona en junio son las noches escuchando canciones -mientras Tamara nos hacía fotos semidesnudas! -y coger cómics de la biblioteca y respirar un poco más feliz que el resto del año.

1:24 a. m.

 
Blogger Cubilete said...

en dos meses estarás en algún otro lugar emocionante así que...

4:02 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Jajajajaja

Fue maravilloso el paseo por Monts des arts, aunque mis brazos terminasen rojos como un tomate.

Y si, no acepto que me digas que Bxl es muy pequeña, que no hay nada, que no hay monumentos historicos cuando ni siquiera sabes ir de Parc a la plaza de Luxemburgo :D

1:45 p. m.

 

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