Haciendonos mayores...

domingo, junio 29, 2008

La salud pseudocientífica

Delicioso domingo en pijama y yo tenía, por supuesto, múltiples tareas que acometer. Iba a comenzar el Gran Libro de las Afrentas tras un enfrentamiento en la noche de San Juan, pero tuve un problema con el número de caracteres, así que eso tendrá que esperar. Quería también mandar mails, encontrar papeles (un papel, no exageremos) y renovar. Llevo una semana en la playa sin Internet y ni me da paz ni tranquilidad ni nada de nada. Un poco de angustia por las noches y bastante nerviosismo, que trato de solventar yéndome a cortar el pelo (ya lo visteis en las pelis, las mujeres superamos las crisis así). Antes de cortármelo, la chica se ofrece a ir a por una revista. “vale, vale”, digo yo, esperando el Hola, el Quore, o como mucho un dominical. Pero me trae Discovery Salud, con muy mala idea (me pregunto si lo de la hipocondría deja unos rasgos físicos determinados que los otros saben interpretar) y me decido a sumergirme en ese apasionante mundo de todo-lo-que-no-sabías-que-se-podía-desmoronar-pero-también-puede. Los de Discovery Salud, conscientes como son de la verdad de mi último post (que creemos en la ciencia como en dios), se hallan firmemente decididos a restituir la Verdad de la Ciencia por encima de esos discursos oficiales de medicuchos de bata blanca y eterna recurrencia a los medicamentos. Nos explican, poco a poco pero de forma explícita (si hay que hablar de los estúpidos de Sanidad, o de los médicos ineptos que no saben más que dar medicamentos para enfermedades cuyo origen desconocen, no van a dudar), que vivimos en un estado de represión informativa, de “inquisición médica”, que hace que creamos (¡pero cómo podemos ser tan imbéciles!) que los médicos quieren curarnos. Oh, no, no, nuestra sanidad es de la enfermedad y no de la salud, y las respuestas (siempre no-holísticas) representan meros parches (debo decir que con esto estoy bastante de acuerdo, pero sólo de forma accidental). Critican ásperamente (cómo no) una iniciativa de hacer una lista con las páginas web médicas fiables y aquellas que no lo son (intuyo que resentidos por formar parte de la segunda), critican la retirada de medicamentos “naturistas” por una razón tan nimia como creer que pueden tener efectos secundarios (secundo totalmente por el contrario su crítica a los medicamentos dados sin ton ni son para curar cosas que ni lo necesitan, para que veais que soy neutral), critican también el acoso y derribo a determinadas marcas de productos de ¿homeoterapia? y nos explican amablemente que el cuerpo humano sí está diseñado para vivir cien años y que si no lo conseguimos es por ese empecinamiento en comer carne y leche de vaca con lo mal que nos sienta. Nos aconsejan también que si tenemos una enfermedad, abandonemos el hospital, donde sólo quieren sacarnos dinero y engañarnos y nos refugiemos en ... terapias alternativas cuya eficacia de haber sido demostrada habría sido incorporada ya a la medicina oficial, y que no necesariamente resultan mucho más baratas. Todo eso sazonado de títulos sensacionalistas, llamadas generales al ayuno y noticias alarmistas.

Leyendo eso, y entre risas que se convertían en muecas al pensar, que dios mío, podríamos creernos al leer la revista que la solución a todos los males es, que sé yo, no poner un pie en un hospital en tu vida y hacerte vegano, (que podríamos, finalmente, creer cualquiera de las cosas absurdas que nos dice la revista) me preguntaba inquieta si el director sería un médico de verdad, de los que han estudiado la carrera entera pero después reniegan o ni siquiera. Sospecho que ni siquiera. Lo he buscado en Internet pero todo lo que hallo es que se llama Jose Antonio Campoy, y que fue también director de la revista Mas Allá.

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