Haciendonos mayores...

domingo, febrero 27, 2011

Autosuficiencia


Todo el que quiera hacer acopio de laureles inmortales no debe echarse atrás al oír el nombre de la bondad, sino que tiene que averiguar si realmente es la bondad. Nada es en última instancia sagrado sino la integridad de tu propia mente.


Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy mas orgulloso que los cimientos desde los
cuales se levanta mi casa.)



Para vivir, el hombre debe considerar tres cosas como los valores supremos que rigen su vida: razón, propósito y autoestima. La razón, como su única herramienta para el conocimiento. El propósito, como su elección de la felicidad que esa herramienta procederá a lograr. Autoestima, como la inviolable certeza de que su mente es competente para pensar y de que su persona es digna de ser feliz.

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lunes, febrero 21, 2011

Finde en Santiago



Ya sé que la última semana rompí mi propósito de año nuevo, pero según todas las revistas (y leo muchas en internet) más de un mes se considera un éxito. También dicen que lo importante es que uno no haga mucho caso de los tropiezos, y lo siga intentando con ahínco. Porque intentarlo ya marca la diferencia (las revistas tienden a ser tan indulgentes como mi profe de inglés, que nos dice que no está tan mal cuando fallamos 5 de 6).

El fin de semana pasado, en lugar de forzarme a escribir algo no laboral, me fui a Santiago a hacer dos cosas muy importantes. La primera cenar en O fogar do Santiso, porque a pesar de haber estudiado 3 años en Santiago, nunca había ido al “restaurante enxebre”. Así que allí me llevaron, por medio de carreteras sinuosas, para finalmente llegar a un aparcamiento atestado de coches (sufres una pequeña decepción ¿pero cómo? ¿pero por qué? ¿pero esto no estaba perdido en medio del monte). Al parecer ahora hay una buena señalización, pero el Santiso como enclave turístico ya era un clásico antes. No pude disfrutar mucho de la cena porque empecé a encontrarme mal, pero doy fe de que el churrasco estaba muy rico.

La otra cosa (y más) importante, fue ir a ver la exposición de la Zona C, “Give me your picture”. Me hacía mucha ilusión porque es de una amiga mía, y el pensar en tener amigos cuyo nombre aparece en grande (Carolina Caluori) en una sala, me hace recordar lo de que quien a buen árbol se arrima.... Vale, es broma. El caso es que Carolina repartió ¿50? cámaras fotográficas de usar y tirar entre turistas y les pidió que fotografiaran la ciudad de Santiago, con el objeto de reflexionar sobre el turista como "coleccionista de lugares" (me encanta la expresión aunque me suena un tanto despectiva). El resultado son montones de postales en los que se ve la ciudad bajo todos los ángulos y en los que descubres el encanto de lo analógico y de su fantástica iluminación. También descubres algunas postales con el dedito por encima del que hizo la foto, que te llenan de ternura. Y sobre todo que hacemos fotos preciosas todo el rato (o que nos rodea mucha belleza), que quizá solo necesitemos descontextualizarlas un poco.

Hablando de fotos, quería mostraros también una cosa que me enseñó Ana y que mola mogollón: Back to the future.

Y ahora ya me puedo ir a la cama con la satisfacción del deber cumplido (he renovado este blog, fraggelianas y he acabado mi libro de 1100 páginas, que me acompañaba desde octubre- ahora me siento un pelín vacía).

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domingo, febrero 06, 2011

Memoir


De vez en cuando atravieso épocas oscuras en las que la música me parece un mero entretenimiento. Sí, pongo música clásica mientras leo, enciendo la radio antes de ducharme y grabo discos de Shakira para el coche, pero no escucho esa música de verdad, con atención (y con emoción).

Y si vuelvo a la vida (musical) es gracias a A. que me enseña año tras año canciones sublimes. De esas de escuchar en bucle. De esas de una en un millón.

Para prueba este botón, que se ha convertido en la canción de este invierno en La Cuba Secreta. Pero tengo unos cuantos botones más en la recámara. Y eso como comprenderéis, es fantástico.

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