Haciendonos mayores...

lunes, febrero 28, 2005

Este viernes busqué la casa de Therese Raquin. Puse todo mi genio, todo mi conocimiento del mundo de los mapas, al servicio de tal empresa. Segui atentamente las instrucciones...entre la calle del Seine y la calle de Mazarinos. Alli tenia que haber un passage. Un lugar de paso, humedo y sucio en el que podian germinar seres como Theresa. Pense que nada podia fallar.
Pero ya no existe ese lugar. Yo que queria unir dos mundos, me quede en este, triste e incomunicada.
Hoy, no obstante, he descubierto que hay operas y peliculas basados en esa obra (que debo buscar). En cierto modo, me da verguenza cuando en el metro alguien lee por encima del hombro mi libro. Parece una novela rosa . Quiza demasiado sordida. Si ven el nombre del autor en la portada tambien se dignifica bastante. Pero entonces ya no tiene tanta gracia.
Lo importante es... que estoy entusiasmada. Igual él me echaria en cara que no la considero desde un punto de vista cientifico... pero hay algo que queda. Algo de lo mas turbiamente humano (en el peor sentido del termino humano).
Y la calle donde vivio Theresa (los personajes literarios no existen!) ya no existe. Hay un gran hueco donde convergen dos calles. Un gran hueco.

lunes, febrero 21, 2005

Raquel me dijo un dia que siempre que subia a una zona alta, con vistas, inconscientemente buscaba el mar.
Y en el autobus de Budapest a Viena, de noche, yo sabía que no era agua lo que se intuía. Seria nieve o tierra. Y sin embargo, hubiera puesto la mano en el fuego por que lo que veían mis ojos era el mar.
Y fue entrañable saber que esté donde esté siempre busco mi casa.