Haciendonos mayores...

domingo, septiembre 30, 2007

Del porqué de mis lecturas

El otro día, en una de mis clases, mi profe hablaba sobre las formas de leer. Ya sabéis, lo de que de adolescentes uno se busca en el texto, pero que claro, esa era una forma dedisfrutar de los libros que todos nosotros (la elite, y además interesados en la literatura, blablabla) habíamos sobrepasado.

¿Todos?

No, una pequeña alumna resiste invicta los ataques de la cultura.



Soy una maldita impostora. Allí estaba yo, agazapada, con gabardina y un periódico enorme. Sintiendome ligeramente culpable. De no saber leer, de no saber pensar, de llenarlo todo todo todo de mí.

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lunes, septiembre 17, 2007

Libros, exposiciones y domingos en bañador

Tardé demasiado en ver el papelito que ponía "2 libros, 1 euro", y el señor que tenía a mi lado ya había arramblado con ocho libros. Hay gente muy lista que consigue que les hagan ofertas y que dan codazos para llevarse lo mejor, pero no importa. Porque el Mercado de Sant Antoni es algo fantástico. Me compré cuatro libros maravillosos y me gasté seis euros. La alegría se apoderó de mi alma, y todo gracias a que los domingos mi Internet descansa, probablemente para agasajarme con "el regalo del tiempo". Me levanté temprano y decidí aprovechar TODO el día. Allí estaba yo, a las once y media de la mañana de un domingo, entre libros y con un sol radiante en lo alto.
Después, con mis cuatro libros en los brazos, me fui a ver una exposición en Santa Mónica. Una exposición que se llamaba Pensa/Piensa/Think (bueno, sé que es en tres idiomas) para justificar que el arte contemporáneo no parezca arte. Ya sabéis, desde ¿Marcel Duchamp? y el arte feo que sólo significa cosas. Había un vídeo de un juego que consiste en que la gente forma un circulo y se dan la mano. Se agarran cables de alta tensión y dan descargas. Y la gente se va rajando, de uno en uno. Ponían esas magníficas caras de histerismo, risa nerviosa y pequeños grititos que esconden la angustia. Más o menos, como cuando se entra en un mar con el agua demasiado fría, pero en exagerado. También había un montón de carritos de Froiz en círculo, y quedaba muy bello, la verdad (por lástima al mismo tiempo simbolizaba nosequé y nosecuanto). Y un vídeo totalmente hipnótico sobre la causa-consecuencia. Una botella que al caer mueve un cochecito que va por un carril hasta llegar a una palanca que hace caer una bola que hace caer una mesa que hace prenderse una vela que hace explotar un objeto no identificado que hace moverse a otro cochecito... Y una tipa que tituló a sus pensamientos cotidianos "Cosas que merecen ser escritas", claro que sí. Y hablando de sentimientos positivos. En el Mercado de Sant Antoni había puestos y puestos dedicados en exclusiva a los libros de autoayuda. Parecía propio de una sociedad enferma, creedme, y sobre todo eminentemente banalizadora. Pero en fin, también me compré EL PAIS hoy y alguien hablaba de que la psicología se había convertido en tonterías para huir de la angustia en lugar de métodos para estudiarla. Leí más cosas con las que estaba (todavía más) de acuerdo, sobre las personas de usar y tirar y como preferimos tener muchas conexiones que algunos amigos, cosa que he ententido a la perfección desde que estoy en Barcelona y me he hecho mayor.
Al salir de la exposición me encontré subiendo Las Ramblas y siendo capaz (al mismo tiempo) de no odiar a la humanidad, lo que tiene mucho mérito. Hasta me quedé como tonta (como turista, vaya) viendo a unos tipos bailar una milonga y un tango. Muy bonito, por cierto, aunque interrumpieran constantemente para recordar que el precio simbólico del espectáculo era de un euro y que por favor, lo diésemos ya. Quizá sea así, quizá lo lógico, que sería esperar a terminar para que la gente se movilice hacia el sombrero, haga que huyamos con la confusión. Pero a ver, que tampoco tenemos tanta vergüenza, y que nos digan cada cinco minutos que los artistas de algo tienen que vivir y que los trajes de las chicas no son baratos no va a hacer que nos sintamos peor.
Por la tarde fui a la playa y escuché conversaciones sobre tangas y topless y las diferencias culturales entre España y Latinoamérica ("aquí van todas con las tetas al aire y después tan pudorosas con la parte de abajo"). En Brasil el topless está prohibido ("pero es normal que los turistas no lo sepan con esa imagen que damos del Carnaval"). También sobre los aviones y si es por seguridad o por fastidiar un poco (¿quien lo duda?). Nunca, nunca, nunca en todo el verano había visto la playa tan llena. Estaba pegada a demasiada gente y era imposible concentrarse en disfrutar, pero también me dió bastante igual. Fui al agua, que tenía la temperatura perfecta para que apenas costase entrar pero aún resfrescase. Chapoteé y chapoteé. Volví y como ya iban a ser las seis la playa se comenzó a vaciar. De hecho se vació a una velocidad de infarto (aquí a las siete ya no tiene sentido tomar el sol). A las siete y media volví a casa.

Pensando que la vida debería ser esto y no lo que es en realidad.

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domingo, septiembre 09, 2007

Las sillas y los cuerpos en ebullición

A priori me gustan los conciertos en auditorios y cosas así. En sitios con sillas. Uno se sienta y escucha, sin tener que estar pendiente del estúpido borracho de atrás que cada vez que da un salto te descalza, y después se ríe mientras te pide (balcuceante) perdón. Ni de la tipa que te saca el ojo con el objetivo de su cámara, porque a ella no le interesa ver conciertos, no, le interesa registrarlos.
Pero en el fondo no estamos preparados. No sabemos que hacer con todo nuestro entusiasmo, allí, paralizados por los asientos. Uno quiere gritar, cantar, bailar, besar, saltar y todo lo que tiene alrededor son cuerpos también en ebullición, desconcertados ante el silencio, a punto de explotar pero parados, en tensión, temblequeantes.
Ayer el Señor Chinarro no se esforzó ni un poco. Tocó canciones maravillosa sobre tímidos que se unen y viajes al oeste, pero no se esforzó. Ni un poco. Aún así el público amante se quería entregar. Lo notabas en cada uno, como se distendían al llegar los aplausos (al fin un poco de ruido, porque el amor suena que agua lleva) No fue frío (no fue frío nada salvo él), pero si algo incómodo.
Los chicos que tenía detrás comentaron: "esto es como tenernos atados con cuerdas".
Y eso.

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jueves, septiembre 06, 2007

MI libro favorito

Ayer hice un esfuerzo por mi construcción. Decidí colocar las bases, bien visibles, de mis gustos. Publicar mi perfil. Mis libros preferidos. Esas películas que tanto me marcaron. Ays. Etc.
Tratando, mal y tarde, de sobrellevar aquellos cursos de inglés de los que ya hemos hablado. Aquellos horribles momentos en los que la clase se quedaba vacía (licencia poética) y se oía sólo el coro diabólico: ¡Tu libro favorito! ¡Tu libro favorito! ¡Tu libro favorito! al ritmo de ritualícos tambores. Pero ¿cómo saberlo? Con estos traumas me quedé y decidí transferirselo todo a los demás. De ahí esa necesidad enfermiza mía de puntuarlo todo, de hacer listas, de tratar de apresarme a través de mis opiniones, de apresaros a través de las vuestras.
El caso es que hice mi perfil. Tome todas las decisiones y eso debe de ser bueno. Bueno y malo. Malo para los dogmáticos. Bueno para los demás. Escribí diligentemente Rayuela a pesar de que eso me convierta en una de esas chicas que ya soy. Una de esas chicas que los chicos catalogan enseguida, antes casi de que hable: tu libro favorito es Rayuela ¿verdad?. Pero ag. No mintamos. Seamos tópicos si nacimos para serlo. Para ser fáciles de encontrar.
Bueno, eso, que el caso era que hice mi perfil. Y después, descubrí que había links. Y me perdí para siempre. Saqué conclusiones sobre que Nacho Vegas tiene más fanes virgo que de cualquier otro signo. Que Freud es mucho más moloki que Hipócrates (pobre, nadie más lo había elegido). De perfil en perfil, toda la noche. Tan típicos y tontos y aburridos e intelectualoides y cursis. Tan interesantes, de alguna manera.

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